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PORTOVIEJO
Perdió parte de la cabeza en una caída

A José Loctario García Intriago la muerte se lo quiso llevar, pero él se resistió y aunque perdió parte del cráneo aún vive para contarlo.

Domingo 26 Junio 2011 | 00:00



Su vida ya no es la misma de antes, a tal punto que José olvida las cosas, puede estar conversando con una persona y de respente las ideas se le van. Precisamente por esta razón tiene el carnet de discapacidad intelectual.
Pero él no siempre fue así. Hace 6 años, García Intriago pasó uno de los momentos más difíciles de su vida, aquella prueba que no todas logran aprobar cuando se trata de enfrentarse al destino.
Este hombre, quien también se dedica a la fotografía aficionada, contó que llegaba a su casa en la ciudadela San Gregorio (La Piñonada) cuando le dijeron que su hermano había tenido un problema.
Desesperado ante la noticia, salió corriendo de su vivienda. Fue cuando sus pies lo traicionaron y José García se cayó. De allí no recuerda nada más, lo que sabe se lo contaron sus seres queridos.
La caída fue tan fuerte que el fotográfo sufrió un traumatismo cráneo encefalico grave. Producto del golpe perdió parte de la cabeza.
En el hospital provincial le dijeron que su caso era grave y que el paciente necesitaba un milagro para vivir.
Con pocas esperanzas de vida, el portovejense fue trasladado a Guayaquil. Allí despertó 15 días después del accidente.

 discapacitado. Para José García fue una verdadera sorpresa despertarse en un hospital, con vendas en la cabeza y en terapia intensiva. Con el paso de las horas se dio cuenta que algo le faltaba. Se sentía debil, algo no estaba bien en él, podía sentirlo, pero necesitaba que se lo confirmaran. Ahí vino la peor noticia. Había perdido uno de sus parietales (hueso del cráneo) y parte de su cerebro había quedado afectado. Ese hecho marca un antes y un después en la vida de José Loctario.
Aunque  logró salir bien de la operación, el hombre necesitó platino para rellenar el hueco que le quedó en la cabeza. Los tratamientos fueron dolororos y costosos, sin embargo este fotogóafo no se dejó vencefr  y hoy agradece a Dios poder vivir para contarlo  junto a sus seres queridos. <

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