Kampusch, de 18 años, fue forzada a vivir en un sótano bajo el garaje de una casa desde 1998 hasta su dramática huida en agosto, un episodio que la convirtió en una sensación mediática internacional. Su captor, un hombre de 44 años, se suicidó horas después de que la joven escapara. En una entrevista con la cadena de televisión austríaca ORF emitida el martes de madrugada, Kampusch dijo que a veces encontraba difícil adaptarse a su nueva vida en libertad. “No puedo salir sola. Eso sería demasiado arriesgado”, comentó, con apariencia relajada y confiada pero parpadeando a menudo. Kampusch manifestó anteriormente que usa gafas de sol y tapones para los oídos para aislarse de la luz y el ruido. Su secuestrador, Wolfgang Priklopil, la retuvo en un sótano sin ventanas. Cuando se le preguntó si la gente la reconocía por la calle, Kampusch contestó: “Sí, la mayoría de las veces es inofensivo, pero de vez en cuando me asusto si alguien me dice ‘hola’, si yo o la persona con la que estoy somos reconocidas y es un extraño”. Las situaciones en las que hay un gran número de personas pueden ser difíciles. “Algunas veces es realmente molesto para mí. No me gusta que hablen en voz alta. Las personas tienen diferentes olores corporales, fuman, llevan perfume, ropa chillona, tienen hábitos de comida desagradables, son groseros, ariscos, indisciplinados, etc (...) pero eso no importa”, dijo la joven. “Siempre fui una persona social y desde el principio no tuve problemas con el contacto social”, añadió. MAS GORDITA Kampusch llevaba el pelo rubio suelto durante la entrevista. En anteriores intervenciones usó un pañuelo, que sus asesores recomendaron para evitar publicidad. VIVE SOLA La joven vive sola en un pequeño apartamento alquilado con asesoramiento psicológico para superar sus ocho años de cautiverio, dijeron los medios austriacos.