Es una práctica común en los dependientes de las farmacias vender pastillas por unidades y no proporcionar a quien las compra, la posología que lo oriente sobre la dosis de un medicamento, los intervalos entre las administraciones y la duración del tratamiento. “Este tipo de información puede salvar vidas”, señala Carlos Ferrín, quien desde hace 15 años trabaja en una farmacia, y admite que nunca se ha detenido a pensar lo elemental que resulta suministrar al consumidor la posología. La Ley del Consumidor, en el artículo 15 que se refiere al rotulado mínimo de medicamentos, se establece que “los medicamentos en general y los productos naturales procesados, deberán contener información sobre: nombre del producto, genérico o de marca; marca comercial; identificación del lote; razón social de la empresa; contenido neto; número de registro sanitario; fecha de expiración o tiempo máximo de consumo; lista de componentes con sus respectivas especificaciones; precio de venta al público; país de origen y contraindicaciones"