Precisamente, la falta de recursos económicos y de disponibilidad de tiempo están entre las principales causas para que se desista de continuar los engorrosos trámites que se demanda en toda dependencia judicial, por la gran cantidad de casos que éstas manejan, algunas veces, y en otras porque las influencias se hacen presentes para poner trabas al asunto de manera que, ante la imposibilidad de obtener resultados, el retiro es el camino más rápido. Ante este panorama, recurrir a la mediación y al arbitraje es una opción que cada día gana preferencias. Siendo un trámite nada costoso y rápido, en el que la oportunidad de explicar la postura de cada parte es un derecho que se respeta, primando el diálogo y la cordura para llegar a una sentencia justa, no es de extrañar que empiece a aumentar sus clientes. En Portoviejo hay una oficina similar dependiente a la Corte Superior de Justicia, que también está registrando demandas de quienes prefieren esta intermediación a recurrir a la justicia común. El servicio es bienvenido pero también debería llevar a la reflexión de los miembros de la Función Judicial, cuya participación se desestima por la poca credibilidad que en ella tienen los que buscan soluciones. El Consejo de la judicatura debe insistir, para el próximo año, en la creación de nuevos juzgados para dar trámite rápido a las causas. Los ciudadanos lo necesitan para que no se pierda la poca fe que aún hay en la justicia común.