En estos días de marzo, fecha especial en que gerente, directivos, editores, personal administrativo, reporteros y todo el equipo humano que compone esta gran empresa comunicacional llamada Ediasa, referente del periodismo de Manabí y el Ecuador, cumple 77 años de creación.

Y con justa razón recibe de toda la comunidad y sociedad civil motivos  de recompensas y galardones morales por su incansable y perseverante esfuerzo de mantener, al instante, enterados y unidos a través de la información a todos los manabitas con estupenda tecnología de punta.
A propósito de esta trascendental fecha del periodismo de Portoviejo, nos queremos ubicar un poco en tiempo y espacio, aquella época en que el Diario Manabita empezaba a paso firme y persistente esta titánica labor, con don Pedro Zambrano Barcia en 1935 en Portoviejo, junto a un valeroso grupo de hombres que creyeron en su convicción y proyecto de mantener un medio escrito.
Quiero brindar un homenaje a todas las generaciones que  trabajaron y laboran en esta empresa. Resaltamos entre ellos a Alfonso Cedeño Chancay y  Enrique Cedeño Pincay, tío y sobrino, quienes cumplieron denotados esfuerzos durante varias décadas en el entonces Diario Manabita; maravillosa época en donde  se trabajaba todo el día, primero como reportero recogiendo la información en las diferentes fuentes, luego en la sala de redacción, transcribiendo noticias, entrevistas, crónicas y todo evento del tiempo. Largas noches de satisfacción compaginadas entre el tecleo de las máquinas de escribir, fumar cigarrillos y un poco de aguardiente para aguantar la noche; para posteriormente ya en la máquina  preparar los tipos móviles y moldes para la impresión final, compaginar páginas hasta que el periódico salga a circulación.
Muchos de estos héroes anónimos ya no están; solo quedan  gratos  recuerdos de sus existencias e influencias morales entre familias y amigos. Así como de su participación y contribución a la fructífera labor periodística que hoy fortalece la identidad corporativa de El Diario.
Este hecho de la pujanza intelectiva del hombre manabita representa una excelsitud histórica dentro de su trabajo diario en su ardua lucha por alcanzar mejores metas de vida y, a mi entender, estos son los actos buenos y grandiosos que debemos apoyar sin egoísmo.
Hoy que este paladín de la opinión pública de Manabí recuerda su aniversario, como un asiduo lector y como eventual columnista que comparte sus mismos ideales de libertad y de progreso, formulo mis mejores votos porque la obra protectora que distingue a El Diario no se detenga ante los traicioneros embates que nos rodean a cada instante, de los hombres y de la historia. Mis sinceras felicitaciones para todos.