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Xavier Valencia Z. | E-mail: xvalencia1@ yahoo.com
Nuevo contexto latinoamericano
Xavier Valencia Z.

El nefasto 11 de septiembre de 1973, cuando Augusto Pinochet tomó por asalto el Palacio de la Moneda en Chile, dando al traste con el gobierno socialista de Salvador Allende, se ratificó la proliferación de dictaduras militares en Latinoamérica, todas auspiciadas por Estados Unidos, cuyo objetivo era detener la supuesta exportación de la revolución cubana en América del sur, como una forma de enfrentar la guerra fría que mantenían Estados Unidos y la entonces Unión Soviética. La situación actual es totalmente distinta, la Unión Soviética no existe, Estados Unidos está más preocupado del Medio Oriente que de esta América Latina con gobiernos irreverentes ante Washington, y Pinochet ha muerto.

Viernes 15 Diciembre 2006 | 19:23

Es una pena que Pinochet se haya ido burlándose una vez más de la justicia y escapando del nuevo escenario político que se vive en la mayoría de nuestros países, el mismo que él ayudó a construir, con su fascismo, con sus crímenes, con sus torturas. Digo esto, no sólo porque los que tuvieron fortuna, y escaparon a su persecución, se sumaron a la lucha por la libertad que hoy día se expresa en las esperanzas que soplan por nuestro continente, sino también por los que cayeron y vivieron para siempre, como Víctor Jara, quien con los dedos ensangrentados, luego de que los secuaces del dictador le arrancaran las uñas en el estadio nacional, entonó con su guitarra, antes de que le asestaran un tiro en la cabeza, canciones que se convirtieron en himnos para muchos que, como Bachelet, hoy tienen la oportunidad de construir una Patria nueva. Sin embargo este nuevo contexto político que vive Latinoamérica es muy frágil económicamente hablando y sus países todavía no responden a un proceso integracionista que posibilite romper con la dependencia del país del norte. Ese es el reto supremo de sus gobernantes. Las visitas de Correa realizadas a varios países vecinos son alentadoras en este sentido, y los proyectos planteados a los presidentes de Brasil y Venezuela podrían convertirse en el inicio de un largo camino en el combate contra la desigualdad y la pobreza. No obstante, mientras el presidente ecuatoriano electo realiza estos esfuerzos en el exterior, internamente la partidocracia derrotada, teje actitudes parecidas a la de los seguidores de Pinochet, declarándole la guerra a Correa y pretendiendo darle continuidad a este sistema anacrónico. Pero lo más sorprendente es la actitud impávida de algunos dirigentes de lo que será el nuevo gobierno, que no se bajan todavía de la nube triunfalista y están ocupados en repartirse cargos públicos, sin ni siquiera abrir la agenda central que debería convocarnos urgentemente: La Reforma Política. De esto hablaremos próximamente.
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