Ban, de 62 años, tomó posesión en una ceremonia de la Asamblea General de la ONU compuesta por 192 naciones que también homenajeó al secretario general saliente, el ghanés Kofi Annan, de 68 años y cuyo período de cinco años finaliza el 31 de diciembre. “Fortaleciendo los tres pilares de nuestras Naciones Unidas: seguridad, desarrollo y derechos humanos, nosotros podremos construir un mundo más pacífico, próspero y justo para las próximas generaciones”, dijo Ban a los embajadores de la ONU, estados miembros y otros dignatarios. “Mientras realizamos nuestro esfuerzo colectivo para alcanzar ese objetivo, mi prioridad será restaurar la confianza. Buscaré actuar como un armonizador y un constructor de puentes”, manifestó, y agregó que los gobiernos de mundo requieren que la ONU sea “dinámica y valerosa” y no “pasiva y temerosa”. Entre las tareas claves de su mandato se encuentra el establecimiento del “más alto nivel ético”. La gestión de Annan se vio ensombrecida por hallazgos de corrupción y mala administración en el programa “Petróleo por Alimentos” para Irak, una iniciativa de 64.000 millones de dólares. También hubo acusaciones de una gestión deficiente de los recursos en el interior del organismo. En la ceremonia, Ban prometió: “no buscar o aceptar instrucciones concernientes al ejercicio de mis deberes por parte de ningún gobierno u otra autoridad externa a la organización”. Entre los invitados especiales se encontraban Han Seung-soo, para quien Ban trabajó como jefe de personal cuando aquel fue presidente de la Asamblea General entre el 2001 y 2002. Ban, ex ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, fue elegido en octubre por el Consejo de Seguridad de la ONU de 15 miembros y luego confirmado en el cargo por la Asamblea General, con lo que se convertirá en el primer líder asiático de la organización en 35 años. Defensor de la injusticia Ki Moon es un fuerte crítico de las injusticias sociales, en ocasiones sus declaraciones han provocado disgusto a Estados Unidos.