Entre las víctimas estaba uno de sus hermanos, Sócrates Augusto Ponce, a quien recuerda como un hombre capaz, centrado en sus ideas, de tendencia socialista de élite que siempre estuvo junto a Salvador Allende en el poder hasta que Pinochet propició el asalto al Palacio La Moneda. Doctor en jurisprudencia y economista, Sócrates, de 43 años, fue capturado el día del golpe de Estado y tras ser golpeado fue victimado a tiros, arrojando el cadáver a los camerinos del estadio. Tras este suceso, lo que hizo Pinochet fue reconocer una pensión vitalicia para la esposa y el hijo del manabita. La familia Ponce no presentó ninguna demanda y esperó que los años se encarguen de castigar al que siempre calificaron como un “tirano”. Tras la muerte del ex dictador, César Ponce considera justificado los festejos de la población en las calles. “A mi me da lástima de las personas que no razonan y que miran sólo para lo suyo, aquellos que vivieron el terror de Pinochet saben que este sujeto no merecía perdón sino sanción”. “Creo que hubo una pasividad de la justicia porque fueron tantos procesos que se dilataron y nunca hubo una sentencia”, manifestó. Ponce dijo en broma: “Ojalá no lo entierren en Jerusalén porque puede que a los tres días resucite”.