El que quiere contratar sus servicios sexuales la tiene fácil. Su número telefónico y su correo electrónico está a disposición de todos. Su dirección es Santo Domingo de los Tsáchilas.
Para comprobar si es cierto lo del anuncio, decidí llamar a Carlos a su celular 085706... 
Carlos abre la llamada,  ¿hola?, me dice.
-Hola, Carlos, vi un anuncio tuyo sobre tus servicios sexuales. Estoy interesada, quiero saber costos y dónde podemos vernos-, le dije.
El joven tenía la voz tímida. Por momento dudó en responderme, pero cuando le indiqué que me llamaba “Alejandra” y que tenía 35 años, su reacción cambió.
“Hola Alejandra, claro, desde hace tres años me dedico a ésto y tengo las mejores clientas. Me gusta tratar con mujeres mayores porque son más maduras. El costo por tener una hora de sexo  conmigo es de 50 dólares, hago lo que me pidan”, respondió.
-Y dónde sueles frecuentar en Santo Domingo para buscarte-, le pregunté.
“Siempre me encontrarás a mi y a un grupo de amigos en la zona rosa de la ciudad, andamos bien vestidos y con ropa sexy, aunque mejor es que nos veamos en un lugar discreto y si quieres la cita conmigo avísame cuanto antes porque a veces debo viajar a otros lugares donde me lo pidan mis clientas”, me insistió Carlos.
Le contesté que en la tarde lo llamaría para definir la cita...
Carlos es uno de los más de 100 jóvenes que ofrecen sus servicios sexuales a mujeres y hombres en el portal mundoanuncio.ec
De esa cantidad de hombres, unos seis de Santo Domingo. Se nombran sectores como Las Palmas, Pambiles, Anillo Vial y Mutualista Benalcázar, esas son las direcciones de ellos.
Cuando la página web se abre sale todo tipo de anuncios menos el de prostitución masculina pero al ir a la opción “buscar” la lista es inmensa. 
La mayoría cobran entre 45 y 50 dólares, aunque la tarifa baja de acuerdo al negocio que se haga.
 Alex también está en lista de los “prostitutos masculinos” que anuncian su servicios sexuales en la internet.  Asegura tener 20 años y se define como un hombre simpático. Un poco sexy.
Alex abiertamente dice que vive en Quito y que es allá donde lo buscan sus clientes (hombres y mujeres) para tener relaciones sexuales.
Le pregunto si puede viajar a Santo Domingo y sin pensarlo me dice no.
-Entonces si viajo hasta Quito me puedes hacer una rebaja, porque debo gastar en pasajes-, le pregunté.
“Claro, hasta 35 dólares podemos llegar”, me respondió.
Antes de culminar la llamada le pregunto a Alex cuál era la precaución que tomaba para mantener las relaciones sexuales. Aseguró que siempre se ha cuidado con preservativo y nunca le ha pasado nada.
En la lista también está “Roy”, de Santo Domingo. “Hola amigos deseo conocer una pareja, que quieran probar cosas nuevas, que sean obscenas muy lujuriosas, soy delgado, buen cuerpo, muy sociable, serio, honesto, hago lo que me pidan a cambio de dinero”, anuncia.
También está su teléfono y su número celular. La dirección es Los Rosales.
Decido llamar a “Roy”. En la conversación no dijo nada diferente a lo que mencionaron Carlos y Alex. Lo que sí aseguró es que a sus 23 años le gusta cuidar de su cuerpo porque es ahí donde está el éxito. “Mami, si quieres algo conmigo me lo dices de una, págame 50 dólares, te busco donde sea”, me hace la propuesta.
Le confieso que soy periodista y se queda callado, tras casi siete segundos de silencio me dice “no me irás a meter en problemas. Qué deseas que te responda”, me pregunta.
“Roy” asegura que lo que él y otros adolescentes y jóvenes hacen nos es por maldad sino por necesidad. En su caso, su papá falleció y el dinero se fue alejando de la casa, entonces necesita mantener a su familia. “Aprovecho que tengo un buen cuerpo y que soy guapo para ganar dinero llenando de placer a mujeres que lo quieran”, indica.
Antes de cortarme, “Roy” acepta que en este oficio está hace tres años y que se considera un “gigolo” (persona que prostituye con mujeres mayores por regalos y dinero). 
Un estudio hecho por una organización en Ecuador a principios del 2010 señala que la mayoría de los hombres que ejercen la prostitución son menores de 30 años,provienen de estratos socioeconómicos bajos, cuentan con poca formación académica y han hallado en esa actividad un medio de supervivencia ante la falta de oportunidades de desarrollo.