El sacerdote inicia su denuncia universal y su lucha, conjuntamente con una Hermana Religiosa constituyéndose en los defensores del honor humano, contra este vil atropello a la dignidad del pudor de mujeres y varones de nuestra provincia y del país.
Es desde todo punto de vista una verdadera práctica de la doctrina cristiana, que merece no sólo nuestras alabanzas, sino el reconocimiento del Estado y de la sociedad, porque aquello es un ejemplo digno de imitar y enaltecer; ya que muchos por temor a las poderosas mafias se vuelven cómplices inconscientes.
Es inaudito que extranjeros llenos de odio racial e inescrupulosos escojan mujeres sencillas y humildes como mercancía para satisfacer un jugoso negocio y sus protervos fines, amparados en ficticias uniones matrimoniales, o aparatosos esponsales en los que estilan la entrega de preciosos anillos, falsos protocolos; y aún se cobijan esto malhechores, rufianes traficantes en inciertas identidades con la complicidad de un vulnerable Registro Civil, que les entrega todas las “facilidades” para sus protervos fines.
Por ello se hace imperativo entregar públicamente nuestra solidaridad con el distinguido y valeroso sacerdote Padre Larry Bowen Roldán, y no sólo de palabra, sino verdaderamente fraternal y amparo, ya que en múltiples ocasiones ha sido amenazado en su integridad.