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La culpa es del pasajero
La culpa es del pasajero
Por: Elí Montesdeoca
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Viernes 21 Enero 2011 | 00:00

Sabemos que la preocupación de nuestras autoridades frente a un accidente de tránsito dura lo mismo que las flores en las tumbas de las víctimas, por lo cual es necesario reflexionar sobre la responsabilidad de todos, en busca de evitarlos o disminuir sus efectos catastróficos.

Para nadie es desconocido como se elaboró la Ley de Tránsito, Trasporte Terrestre y Seguridad Vial, y siguen conocidos asambleístas ´´reformándola´´ bajo la dirección del poderoso gremio del volante ecuatoriano, que como ´´no sale a matar´´ todo accidente tiene la precalificación legal de ser culposo, no doloso, sin importar los antecedentes, las condiciones del vehículo, condiciones legales, físicas y psicológicas del conductor, licencia para conducir vehículos con personas, etc.
En ese marco, las irregularidades comprobadas como la venta de licencias, adaptaciones mecánicas sin control, clonaciones de título de conductor, etc, que han enriquecido a los dirigentes enviando a calles y carreteras a conductores irresponsables, no ha cambiado en nada, porque siguen siendo los mismos, solo que se visten más elegantes y ahora se llaman escuelas de conducción, pero siguen privilegiando el afán desmedido de lucro y no de servicio que deben prestar, el bolsillo más que la vida del prójimo, sigue el maltrato al usuario, frente a lo cual el ciudadano necesitado de transportarse debe crear en su mente y su familia su propia ´´escuela del pasajero´´, en la que aprendamos a no subirnos al vehículo cuyos asientos estén ya ocupados, aunque nos digan la clásica ´´suba que más adelante se queda una señora´´; esto evitaría la mitad de muertos.
Es nuestra culpa como pasajeros permitirle al conductor seguir recogiendo pasajeros en la vía cuando la unidad está llena, propiciando la subida de asaltantes; es culpa del pasajeros permitirle al conductor imprimir exceso de velocidad, aunque nos agreda y ordene bajarnos de su vehículo; es nuestra culpa como pasajero interrumpir el tránsito cundo lo hacemos detener en media bocacalle a recogernos, el no fue formado para respetar la Ley; es nuestra culpa de pasajero permitir que conduzca el vehículo un chofer que físicamente se lo ve agotado; es nuestra culpa de pasajero que el vigilante o agente policial ´´ no vea´´ el exceso de personas que lleva el vehículo o las llantas lisas; es nuestra culpa también transportarnos folklóricamente en baldes de vehículos sin ninguna protección. El creciente problema del alto índice de accidentes con víctimas humanas en el Ecuador, es cultural. 
Si al menos una vez nos bajamos del vehículo cuya capacidad de asientos ya está llena, estaremos comenzando a formar  nuevos conductores y salvar vidas más allá de la Ley.<

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