Además su padre, el Dr. Alfredo, su tío Pedro Jorge y su suegro Oswaldo Guayasamín, crisoles de la izquierda  y de la intelectualidad, para dicha mía, me honraron con su amistad.
No felicito a Alfredo Vera por la bien merecida designación, sino al Sr. Presidente de la República por el acierto. Si así llueve que no escampe.
Soy socialista del Siglo XVIII que aspiro una sociedad donde todos tengamos cubiertas nuestras necesidades, que impere el respeto a todas las libertades públicas, donde cada uno reciba una responsabilidad de trabajo de acuerdo a su capacidad para que pueda exigir una remuneración  de acuerdo a su rendimiento. Solo así se podrán cumplir las metas exigidas.
Alfredo Vera asume el reto de escoger semillas seleccionadas y sembradas en terreno fértil para que la cosecha sea fructífera.
A Alfredo Vera le corresponde, junto con Ricardo Patiño, Galo Mora, Rafael Quintero, Érica Silva, los hermanos  Alvarado, Domingo Paredes, ser el vínculo, el enlace para que se aquieten  las pasiones, las tirantes con la prensa hablada y escrita, con la iglesia, con los partidos políticos.
Reciba Arq. Alfredo Vera Arrata mi abrazo fraterno desde la cálida costa a la elevada sierra; o como suelo decir: “desde do manso lame el río Portoviejo a la ciudad  de Pacheco”.<