Por el hecho de ser puertos, aunque el de Manta es plenamente marítimo y el de Guayaquil, luego de fluvial levantado en un estero, el desarrollo de las ciudades que circundan estos puertos son similares; por ello, el del golfo -por el tiempo y experiencias vividas conque aventaja al puerto manabita- vale ser emulado en todo lo positivo logrado, no solo con las instalaciones en sí, sino, principalmente, con el entorno en el que ahora habitan sus pobladores.

En esto juega un papel vital la planificación, la que en las instalaciones portuarias de Manta no debería limitarse a las mejoras portuarias solamente, sino que se impone una coordinación con el municipio porteño, dado que los muelles propiamente dichos están ubicados casi en el centro de la ciudad. Esta ventaja, de no tomarse las medidas  necesarias, pronto podría convertirse en impedimento para el desarrollo de tan importante y costosa instalación.
Por lo citado, es urgente el estudio técnico de las vías y tránsito que permiten el ingreso y egreso al área portuaria; primero el mismo malecón y luego las vías de circunvalación,  uno de cuyos tramos aceleradamente se ha convertido en una calle barrial al pasar por sectores densamente poblados, quedando como alternativa la llamada vía Puerto-Aeropuerto, que de no aplicarse la tecnología corre el mismo riesgo.
Adicionalmente, Manta cuenta con una inconclusa vía Interbarrial, que si se la culmina y optimiza se constituiría en una arteria citadina que descongestionaría las rutas portuarias, cuyo tráfico indefectiblemente aumentará con las grandes vías recientemente ofrecidas por el gobierno central. Ojalá no resulte que los actuales “cuellos de botella”, que son las actuales carreteras, se reemplacen con la “tapa de botella” en que se convertiría el acceso al puerto,  si no es bien planificado..  <