El “maestro” llega para formar nuevos talentos en Liga de Portoviejo. En 1982 con 31 años pensaba que su carrera estaba acabada.
Había pasado a la sombra de Ricardo Bochini en el Independiente de Avellaneda, por eso cuando lo llamaron no dudó en aceptar la propuesta. Reconoce que nunca se imaginó que ese iba a ser su renacer futbolístico.
“Apenas llegué no tuve tiempo para conocer la ciudad porque enseguida me llevaron a la pretemporada en San Vicente”, recuerda.

Retiro. 1982, 83, parte del 84 y 85 marcaron su época en el cuadro verde y blanco. En Portoviejo prácticamente se retiró del fútbol.
Volvió a su natal Buenos Aires, pero en el 2002 otra vez la capital manabita lo acogió por pocos meses. En ese entonces ya trabajaba formando jugadores.
Ahora llega motivado por el proyecto que le presentó Daniel Moreira, presidente del cuadro verde y blanco.
Sus últimos años los ha dedicado a las divisiones inferiores del Atlético Temperley.
Dice que la ciudad ha crecido, pero agrega que el calor de la gente es igual. Ahora piensa dejar huellas en las formativas.<