Parece ser que el sentido común se ha distanciado por completo de la práctica diaria al ver lo que se hace en las calles.
Dos ciudadanos muertos por falta de señalización en los trabajos de reconstrucción vial, centenares de vehículos afectados por el estado de la gran mayoría de calles, enfermedades de las vías respiratorias por el polvo que se levanta al paso de cualquier automotor son, entre otras, las consecuencias de lo señalado.
La ausencia de lluvias, más de 15 días, ha debido permitir que los contratistas aceleren los trabajos que se realizan en varias calles de la urbe, pero vías como la avenida del Ejército, 5 de Junio, Cristo Rey, por nombrar unas cuantas, parecieran seguir en el  mismo estado.
Sin planificar el tránsito hacia el hospital provincial, se cierran las vías alternativas para llegar a la casa de salud, y no hay señal alguna que indique cómo hacerlo.
Varios meses se lleva trabajando en la avenida Alajuela, otro tiempo similar en un carril de la vía más transitada de la provincia, la avenida 15 de Abril. En la Coronel Sabando, que sirve de descongestionamiento, se impide el paso vehicular, desviándolo al centro.
Consecuencias: tránsito caótico incrementado por la ausencia de efectivos de la policía nacional, cuyo número al parecer es menos que insuficiente para el control, agravándose la situación con la actitud y prepotencia de quienes manejan un vehículo.
Este tipo de agresiones a la colectividad debe parar y se espera que la corporación municipal recobre su misión y empiece a ejercer autoridad. Es su obligación ante los derechos - cada día más restringidos - que tienen los portovejenses.