de luto. Con el gesto muy serio y cabizbaja, reflejando el inmenso dolor que siente en el rostro. Así llegó Paulina Rubio al velatorio de su padre, en el Panteón Francés de Ciudad de México. La "Chica dorada" atraviesa uno de sus momentos más duros tras perder a su padre de 67 años, que fue hospitalizado el pasado 3 de enero al sentir molestias producto de la insuficiencia renal que padecía desde hace algunos años. Su salud desde entonces se fue deteriorando (sufrió un derrame cerebral y un infarto) hasta que finalmente falleció el pasado martes 11 de enero. Apoyada en todo momento por su marido Nicolás Vallejo Nájera, que viajó con ella desde Miami la semana pasada, la artista le dio el último adiós a su progenitor, cuyo cuerpo  fue incinerado también en el citado centro. Junto a ella estaban además su madre Susana Dosamantes y su hermano Enrique Rubio.
Rubio no ha dado declaraciones a la prensa, y su llegada hasta el ataúd de su padre fue un poco dificultosa ya que había mucha prensa, y además gritos y llantos de sus familiares, fuertes e intensos. Pocas imágenes se captaron de Rubio, y se la veía muy afectada. <