Por lo regular no suelo atender los mensajes telefónicos en que me invitan a participar para ganar un carro o una casa. A insistencia de un familiar lo hice el pasado mes de noviembre y la condición para que se me incluya en el sorteo era enviar una palabra al número 636 de la empresa Movistar.

Claramente señalaban que el mensaje tenía un costo. Luego llegaron otros anuncios requiriendo mi nombre, ciudad y varios más que no me acuerdo, pero la trampa es que en ninguno de ellos advierten que ese mensaje tiene un costo, alrededor de 57 centavos más el Impuesto al Valor Agregado, IVA, lo que se constituye en un engaño. De eso me di cuenta consultando el valor del saldo.
Llamé al departamento de servicio al cliente de esa empresa y me indicaron que ellos no tenían nada que ver en el asunto y que era política de la compañía. Pedí hablar con un ejecutivo de la empresa y van dos meses sin resultado alguno. Solicité, de inmediato, que se excluya mi número del programa de promociones y me hicieron unas 4 entrevistas, tomaron mis datos y  “acogieron” mi reclamo.
Nada de eso ha servido. Cada día recibo los impertinentes mensajes invitándome a participar en varios sorteos y cada vez pido que no lo hagan más. Bueno, en Movistar han optado por no contestar el teléfono y siguen invitándome a participar en sus promociones, que deben ser un negocio extraordinario, pues si se jactan de tener más de 3 millones de usuarios y que conteste el 10 por ciento, es decir 300 mil clientes a un costo promedio de dos dólares, eso habla de 600 mil dólares para entregar un carro, cuyo valor no pasa de los 20 mil dólares.
Está bien que hagan dinero, pero no pueden engañar a la gente e ignorar el reclamo y el derecho de un usuario.
Una copia de esta comunicación la estoy adjuntando a la Defensoría del Pueblo para ver si allí me pueden ayudar y evitar que sigan vulnerando mi derecho a escoger lo que yo quiero.<