Ya nos adentramos en este 2011, lo que significa que estamos en la segunda década del siglo XXI que fue anunciado como una centuria de grandes acontecimientos.

Pero concretémonos al año y nos encontramos con que sabemos muy poco de los planes regionales, locales o nacionales que deben estar preparados para estos doce meses; significa eso que cada uno marchará por su lado y, por lo tanto, los resultados serán menores de lo posible.
Tampoco ha bajado el nivel de la confrontación nacional; siguen con ganas de peleas y parecería que estamos acostumbrados a ello, pues inclusive se pretende generar confrontación con gente calmada, tranquila, con mucho autodominio.
No son buenas señales para el año; hubiéramos querido que los organismos públicos den a conocer los planes operativos para este año y su financiamiento, para saber a qué atenernos. Hubiera sido interesante saber cuándo comienzan y cuándo terminan las obras que se contratan, pues se va haciendo costumbre mantener una gran elasticidad en los plazos que permite que los contratistas disfruten del dinero público sin cumplir con sus obligaciones.
Qué interesante sería saber las consecuencias de la negativa del Presidente a financiar las obras del Proyecto Carrizal Chone, hasta cuando se justifique la inversión con la producción de la tierra. Es que es un nuevo enfoque para los proyectos de obras: evaluar por resultados. Sobre todo aquí donde se ha buscado realizar obras por el volumen a contratar más que por la posibilidad de mejorar los resultados.
Es que el año comenzó mal, porque hay aprendices que pretenden actuar como el maestro, sin tener las habilidades de éste; un ejemplo es el Presidente de la Comisión Nacional de Tránsito, que suspendió a Reina del Camino, a pesar de que otras cooperativas habían protagonizado accidentes graves, con muchas víctimas, hace pocos días, sin que hayan reaccionado con tanta celeridad y eficacia. Buscaban sólo el golpe de efecto para ocultar al gran público el descuido de la autoridad de tránsito en la revisión de los vehículos de uso público y la documentación de los conductores.
No estaría mal que se iniciara de nuevo con disposiciones como que sean revisadas todas las unidades de transporte colectivo, pero en un sitio que cuente con los equipos y la tecnología necesarios. Como que el Banco de Fomento aumente el personal que atiende al público y que mejore el sitio en que se cocinan doscientas personas en fila india, con asientos cómodos y una marquesina para anunciar los turnos. Como que la empresa de energía sea auditada en su programa de facturación para que no haya tanto reclamo. En fin, hay tanto que hacer que a lo mejor realmente debemos comenzar de nuevo.