¿Problema de rodillas? Yo también.
Dicen que las rodillas son los pies del alma. Y que cuando padecemos de ellas, conviene revisar nuestra humildad.
Llevo una vida modesta, sin lujos ni pretensiones y en mis actos y relaciones creo no ser muy soberbia. ¿En qué falla entonces mi humildad? Me lo pregunto con honestidad para resolver a fondo el malestar que me causa la rodilla izquierda. Según la medicina holística el origen de toda enfermedad o síntoma físico es de carácter emocional, mental o incluso espiritual.
Por consiguiente a más de los ejercicios y dieta adecuada, recomienda armonizar sobre todo los aspectos psíquicos de nuestra vida.
Recapacitando sobre mi humildad, recordé lo que una persona cercana me reclamó hace pocos días. Me reprochó no haber considerado su opinión al tomar una decisión importante para ambos. ¿Arrogancia, falta de humildad al querer y creer tener yo todo bajo control e ignorar al otro?
Ahora me doy cuenta que al presumir que dominaba la situación no le daba ningún espacio al otro, estaba desconfiando de él. ¿La humildad tiene entonces que ver con la confianza? Si, y parecería que en el fondo de todo esto está la fe.
Entender que el mundo no reposa sobre nuestras espaldas. ¡Imagínense, el mundo sobre nuestros hombros y las rodillas, los amortiguadores de nuestro cuerpo, sosteniendo todo este peso!
Al fin empiezo a comprender de veras que soy tan sólo una pieza más del gran rompecabezas y que el mundo no gira a mi alrededor.
Ya noto cierta mejoría en mi rodilla y me alegra la sola idea de que mi alma empiece a caminar libremente sobre esta Tierra.