Ellos trabajan a varios metros de altura y sin seguro.
En andamios hechos de caña pasan de un lado a otro pasando una y otra mano de pintura.
El único seguro que tienen es una cuerda atada a su cintura.
Pintan edificios de hasta diez pisos, pero si se caen ellos tienen que asumir los gastos.
Pedro, así sólo se identifica, es un pintor profesional. Aunque a veces, dice, es más malabarista que pintor.
“Nosotros trabajamos sin seguro de vida, no aportamos al Seguro Social, sólo tenemos el pago diario de 15 dólares”, relata Pedro.
Víctor Moreira trabaja junto a Pedro. Él señala que la única seguridad que tienen es un cinturón que lo llevan amarrado a la cintura para sostenerse si caen.
Los albañiles también trabajan en medio de la inseguridad de las alturas.
El 8 de diciembre dos obreros murieron en Portoviejo al electrocutarse cuando enlucían una casa de cuatro plantas.
Ana Arteaga, inspectora de Trabajo en Manta, manifestó que cada empleado labora al menos 160 horas mensuales.
Es obligatorio asegurar a los trabajadores que cumplen esas horas.
También se debe asegurar a los eventuales cuando cumplan más de 80 horas laborales al mes.
En el caso de un pintor, si éste trabaja más de 80 horas (dos semanas laborales) debe estar asegurado.
Arteaga señaló que en el caso de los contratos por obra, figura legales usada con los eventuales, (pintores, albañiles, etc.), el empleador debe asumir los gastos si éste sufre un accidente en el trabajo. <