AA raíz de que Fabricio (el “Gran Ñaño”) estuvo en Manabí visitando a Jorge Cevallos (ex presidente del desaparecido Congreso Nacional), traté de que me concediera una entrevista periodística.

Queríamos (y queremos) que nos explique el alcance de sus palabras publicadas en otro medio: “Rafael (el Presidente) es como un hijo que ha caído en las drogas…”
Asimismo, dialogar sobre su preocupación de que Ecuador corre el riesgo de irse al carajo si sigue el camino de Venezuela.
¿Qué pruebas tiene de que “Alex Alcívar es un gordito pillo que se ha robado la plata en la CRM”?
Y sostener, como sostuvo (en CNN) que “Rafael Correa es parte de la corrupción de un Gobierno totalitario y fanático que tiene sumidos a los ecuatorianos en el desempleo y la inseguridad”.
Luego de varias gestiones logré contactar con Fabricio para comunicarle mi interés periodístico. Su primera reacción fue que aceptaría la entrevista siempre que no topáramos el libro “El Gran Hermano”. Y que el cuestionario debía conocerlo previamente.
Le respondí que esa posición me hizo recordar mi fallida entrevista a Hugo Chávez en Caracas, entonces, igualito que ahora, se me pidió que las preguntas debía hacerlas por escrito 48 horas antes, y para su mayor información, le reproduje los artículos “Mi entrevista con Chávez” publicados en esta misma columna.
La respuesta de Fabricio:
“Lamento desilusionarlo pero no encontré similitud alguna entre su periplo fallido para entrevistar a Chávez y su solicitud de entrevista a mi persona. Para comenzar, no soy una persona pública, por lo tanto no tengo obligación de comparecer a la prensa.
Sin embargo, por mi condición de hermano del presi he sido víctima del “deporte nacional” de difamar, que lo practican no sólo los periodistas sino muchísimos ciudadanos con afanes políticos.
En su caso particular, para la entrevista que desea para el diario en que colabora le pedimos un cuestionario, procedimiento que llevamos con todos los diarios foráneos, y para la entrevista radial le pedimos un tema, no sea que me pregunte algo sobre asuntos que no son de mi competencia o que no conozca.
Como he ido solo dos veces a Manabí desde que mi hermano es presidente, la entrevista debería ser telefónica previo el conocimiento del tema.
Sin embargo, pese a mi disponibilidad (nadie lo ha “cojudeado” como en Venezuela) me han comentado que he sido objeto de escarnio en las radios de su provincia.
Espero la oportunidad de aclarar esto también.
Saludos, Fabricio Correa”
La entrevista a Fabricio, sigue pendiente. Pero (el infaltable), sin cuestionarios previos. ¿Qué sabor tendría una entrevista prefabricada, ah?