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FESTIVIDAD. SE PUEDE MANTENER VIVO EL ESPÍRITU NAVIDEÑO CON ACTITUDES QUE AFLOREN DEL CORAZÓN
365 días de Navidad La alegría y el amor en la base de todo

La Navidad es época de amor y paz, que por lo general se vive en el mes de diciembre, pero ¿cómo se puede hacer perdurar esa vivencia especial durante todo el año?

Sábado 25 Diciembre 2010 | 00:00

Cambiar. La Navidad es un tiempo singular donde se recuerda el nacimiento de Jesucristo. "Si Él no hubiera nacido, no tendríamos nada que celebrar en estas fechas”, asegura  Uldérico Manzaba, pastor de la iglesia cristiana evangélica Luz del Mundo en Portoviejo. Él dice que para tener un año en el que persista la emoción navideña es necesario que durante el mismo cada persona esté llena de amor y, para esto, es necesario que Jesús viva en el corazón de cada uno. En eso coincide el sacerdote Félix Urquijo, quien señala que el verdadero significado se va perdiendo conforme van pasando los años, y que la mejor forma de conservar ese espíritu de regocijo por 365 días es cambiar la forma de relacionarse con los demás y mantener un estilo de vida solidario que sólo puede venir de Dios. Silvia Cárdenas, de Casa Bella, dice que la gente debe hacer aflorar durante todo el año los buenos sentimientos que resaltan en la Navidad. “Debemos sonreír más, olvidarnos de todo lo malo y debe abundar la alegría”, afirma.

«Historia de dolor y
también de amor«

Entré de prisa en la tienda a comprar unos regalos de Navidad a última hora. La festividad se había convertido en una molestia. Me apresuré lo más que pude y entré al sector de los juguetes y, al observar los precios, me pregunté si mis nietos jugarían realmente con ellos.
Fui a la sección de muñecas y contemplé un niñito sosteniendo una. Me quede mirándolo fijamente y preguntándome para quién sería la muñeca que sostenía. El niño le preguntó a su tía: "¿Estás segura que no tengo dinero suficiente?" Ella le dijo que no lo tenía, y continuó caminando. Me le acerqué al niño y le pregunté para quién era la muñeca. Él me dijo que era para su hermanita que estaba con Dios y que su papá le había dicho que su mamá también se iría con Él.
Me sentí muy conmovida y le di al pequeño el dinero que le faltaba para la muñeca que iba a comprar, entonces me dijo que a su mamá le agradaban las rosas blancas. Más tarde recordé que había observado en el periódico sobre una mujer y su hija que habían perecido en un accidente, provocado por un conductor ebrio.
Antes de irse, el niño le dio las gracias a Jesús porque había obtenido el dinero que le faltaba. Poco tiempo después vi en el periódico que aquella mujer había muerto. Entonces fui al lugar de velación para llevarle rosas blancas, y ella tenía la muñeca.  Me fui llorando... mi vida había cambiado para siempre. El amor de aquel niño por su madre y su hermanita era enorme. En un segundo, un conductor ebrio le había destrozado la vida en pedazos a aquel niñito. Pero el amor había prevalecido. <

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