Sí, y también irresponsables, eso es lo que son muchos alcaldes o representantes municipales a los que da la impresión no les importa lo que pueda ocurrir en la estación invernal que se ha iniciado y que puede pasar una dolorosa factura si no se toman las previsiones del caso.

Es que resulta increíble que a la reunión del COE (o como se llame), el organismo que tiene que ver con la prevención de desastres naturales, no haya asistido un solo representante municipal; y claro -cómo van a ir- si el Ing. Roque Mendoza ha dicho que sólo 4 de 22 alcaldías han actualizado sus planes de emergencia, lo que grafica que poco les importa el nivel de afectaciones que (ojalá y no ocurran) puede tener la población más vulnerable.
Para los mal pensados como yo, da la impresión que, adrede, muchos alcaldes no quieren planificar sobre desastres naturales, pues en la emergencia es donde se pueden hacer “chanchullos” o direccionar recursos, pero no miran que la vida de las personas es lo más importante de cada comunidad. Y en ese objetivo (de no perder vidas) es donde debieran enfocar todo el esfuerzo de prevención.
Así como el gobierno es duro con todos aquellos que disienten de su línea, debiera ser más duro con todos los municipios y alcaldes irresponsables, que por estas épocas de constantes lluvias no han hecho nada por prevenir y actualizar sus mapas de contingencias que ya debieran estar en manos de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, para coordinar acciones y recursos que permitan actuar en los lugares donde la naturaleza siempre ha generado desgracias.
No debemos olvidar lo que está ocurriendo en países vecinos como Colombia y Venezuela (antes Perú y Bolivia), donde el “agua hasta el cuello” genera cientos de muertes y miles de millones de dólares en pérdidas que no debemos permitir que a nosotros nos ocurra. Y por ello es que resulta fundamental que nuestras autoridades y representantes hagan conciencia (aunque difícil) de lo fundamental que son las tareas preventivas.
Son sólo unas lluvias las que han caído y ya los sectores urbanos están con un gran colapsamiento por obras mal construidas y calles mal arregladas; y si así es en las ciudades, sólo basta imaginar lo que pasará en nuestros campos, donde las inundaciones, los deslaves y cortes de vías son el martirio anual para miles de comprovincianos que no se explican cómo es que cada año se repite la misma historia de imprevisión y abandono.
Ojalá, y por estas horas de manera urgente, el Consejo Provincial convoque a todos sus alcaldes para “armar” una estrategia urgente de acciones que permitan ver reacciones rápidas y prácticas y nunca más desgano e irresponsabilidad de estos mismos actores.