Las contundentes heridas en el cuerpo de Wellington Véliz Cuzme, de 30 años de edad, terminaron con su existencia en cuestión de segundos. Esta ocasión fue la parroquia urbana Santa Rita el escenario para un nuevo hecho sangriento.
Fuentes policiales informaron que el atentado criminal se produjo alrededor de las 14h00 del domingo pasado en instantes en que Véliz se encontraba en la acera, frente a su residencia.
Familiares le informaron a los agentes de la Policía Judicial, quienes iniciaron la investigación, que dos extraños a bordo de una motocicleta de color azul llegaron velozmente al sitio y le hicieron una serie de disparos. Fue tal la saña y alevosía de los criminales, que al neutralizar a Véliz y ya impotente en el piso, el copiloto se bajó y lo remató con varios disparos de una pistola.
Cumplido el objetivo de su visita los maleantes escaparon con dirección no establecida.
Los familiares al notar que aún presentaba signos vitales procedieron a trasladarlo de manera urgente a la sala de emergencias del hospital Napoleón Dávila Córdova, donde los galenos comprobaron su fallecimiento.
Las heridas, provocadas por el paso de proyectiles de arma de fuego, estaban localizadas en la región cervical con salida en el cuello, espalda, brazo derecho, ojo izquierdo y oreja derecha.
El levantamiento del cadáver estuvo a cargo del agente fiscal Alfonso Suárez Molina.
Las primeras investigaciones policiales permitieron determinar que los asesinos de Wellington Véliz utilizaron dos clases de arma, siendo una cartuchera y pistola. Los investigadores sostienen que por lo general se utilizan armas de gran alcance (cartuchera-repetidora) para causar daño y luego con la arma corta se entra en acción para “terminar el trabajo”.