Gente con más interés y seriedad para escudriñar y practicar lo que las sagradas escrituras contienen, por esta razón la gran mayoría de personas está vacía de los valores profundos, de aquellos que llevan al individuo a la verdadera trascendencia.

Por esta misma causa los hijos son educados en los hogares, escuelas y colegios por padres y profesores sin los principios y sabiduría que aporta la Biblia, por ello el gran vacío espiritual que los afecta, generación tras generación.
Está probado que el profundizar sin fanatismo el conocimiento y práctica  de los preceptos constantes en las milenarias y sagradas escrituras lleva a las personas a verdaderos e impresionantes cambios.
 “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra” (2Timteo 3:16) El sistema del mundo en los procesos educativos al menos en América latina ha sido anti bíblico, debido en parte a la estructura religiosa que nos permeó la conquista (sistema religioso sin el evangelio del Maestro Jesús) y de otro lado un modelo educativo sesgado, elaborado por intelectuales ateos, gnósticos y agnósticos.
Un modelo educativo nacido de los conceptos y creencias de estos diseñadores que excluyen el referente bíblico en el proceso informativo - formativo del ser humano, trae como resultado individuos con estructuras de pensamientos propicios para la confusión y camino seguro hacia la mediocridad.
Es hora de dejar de vivir lamentándonos diciendo ¡la juventud está perdida, la corrupción esta imparable, faltan lideres auténticos…! Es verdad que faltan y por bastante, tanto en las instancias locales y nacionales, pero ¿qué estamos haciendo…? Si en verdad queremos líderes extraordinarios es menester que empecemos a trabajar ya, desde cada hogar, desde cada colegio instruyendo a nuestros niños y jóvenes con las verdades, mandatos y sabiduría que contiene la Biblia; pero esto solo será posible si los adultos toman la más seria decisión de sus vidas, la de leer, comprender y practicar ellos mismos, día a día, la bendita palabra bíblica y así enseñársela a sus hijos. No creo que haya otro camino, los hogares deben ser la fábrica de los líderes que necesitan las naciones.
Ya es tiempo también que los adultos de Portoviejo y Manabí entiendan, de una vez por todas, que la Biblia es una fuente maravillosa de principios éticos, morales, y espirituales. En estas escrituras he encontrado al igual que millones en el mundo la sabiduría necesaria para muchos cambios en mi manera de pensar y actuar, usted también lo puede hacer, con esfuerzo y gran perseverancia. Lo animo, con todo mí ser, a que lo haga. <