Lo sucedido en uno de los sectores urbanos de Guayaquil, cuando por causas aún no establecidas plenamente, el puente de Las Monjas se fracturara mientras maquinaria pesada efectuaba mejoras al mismo, es un accidente que debe alerta a todo el país.

En Manabí existe una determinada cantidad de puentes que por mucho tiempo han servido  eficientemente en las vías principales y secundarias de la provincia, algunos aun en uso y otros reemplazados por cajones de cemento o alcantarillas metálicas, en razón a los trazos modernos que las vías reciben últimamente.
Sin embargo se desconoce labores de mantenimiento que en una u otra forma se estén dando a estos nexos físicos en las carreteras que están tendidos en los lugares donde deban salvar obstáculos naturales como ríos, quebradas o abismos.
Igualmente, en lo que se refiere a los puentes que prestan su servicio en ciudades como Portoviejo, Manta, Chone, Jipijapa, Calceta, Flavio Alfaro, entre otras, no se tiene conocimiento público de cronogramas de trabajo para atención a los mismos.
Y es que las revisiones a las estructuras metálicas, de cemento o de construcción mixta deben hacérselas con la periodicidad que manda la técnica para cada caso, según el tiempo de construcción, los efectos causados por el ambiente, la frecuencia del paso de vehículos así como del peso de los mismos, factores estos últimos en aumento por el incremento del parque automotor.
Entonces, la labor de los organismos encargados del mantenimiento de los puentes, luego de su construcción se  extiende a la prevención, que debe ocupar un rubro adecuado para el desarrollo de las acciones correspondientes, lo que no suele ser muy respetado en la elaboración de los presupuestos oficiales.
No se asegura que estas labores no se las efectúa, pero sí resulta importante conocer que se las hace..  <