El "chigualo", la Navidad de raíz manabita, vuelve a ser revalorizado como una fiesta de hondo contenido espiritual.
"Los días 'fuertes' de la fiesta normalmente son el 24 de diciembre y el 2 de febrero, donde también se brindan los 'platos fuertes' a base de gallina criolla (pata amarilla) o se sacrifica un puerco engordado para la ocasión. Una especie de manda de los dueños de casa. La fiesta chigualera termina a la medianoche, pues al día siguiente hay que trabajar en los sembríos de invierno", recuerda el libro "El chigualo: la Navidad de los manabitas", cuyo autor es Alberto Miranda Vélez, de la Fortaleza de la Identidad Manabita.
JUEGOS. Pero además estaban las rondas. Estos juegos grupales tienen diversas dinámicas, formándose un círculo de participantes, a veces sentados en el suelo y otras caminando tomados de la mano, lo cual permitía que todos ingresaran a dichas rondas y bailaran en parejas, dentro del círculo formado. Eran juegos nocturnos, siempre dentro de la celebración del "chigualo", en los que resaltaba la algarabía, las risas, los aplausos y gritos emotivos que invadían del lugar donde se realizaba la fiesta.
Así, para formar el círculo de personas, ronda o rueda, se alternaban hombres y mujeres. Ingresaba a bailar una pareja al centro de la ronda, el hombre decía su verso, repetido por todos los demás. Después decía su verso la señorita o señora y nuevamente el grupo lo repetía. Mientras tanto, la pareja de turno bailaba al ritmo de las voces de los participantes. Entre los juegos figuraban "El gallinazo", "Alfonso XIII", "El gavilán sabanero", "El baile del sombrerito", entre otros. <