Un día tiene que realizar la sencilla y rutinaria misión de trasladar en Nueva York a un preso poco peligroso (el rapero Mos Def) desde su celda hasta los juzgados, donde tiene que testificar contra aquellos que intentaron matarlo. En el trayecto de 16 cuadras que separa ambos lugares, alguien, que resultará ser policía, intentará asesinar al preso para que no testifique. Con la policía corrupta intentando matar a su testigo y el tiempo encima, Jack intentará llegar al juzgado en un recorrido que cambiará tanto la vida de uno como la del otro. Emociones Bruce Willis, dice que durante el rodaje de la película, no pudo evitar sentir una oleada de nostalgia. “Cuando yo era cantinero, recorría las calles de Nueva York como cualquier otro tipo en busca de una oportunidad”, recuerda. “Caminaba esas cuadras rumbo al bar donde trabajaba durante el camino a una audición. Era esa época en la vida de uno en la que piensa que cualquier cosa es posible”, agrega. En realidad, cualquier cosa lo era ... o cuando menos lo era el ascenso de ese joven cantinero hasta llegar a la Lista A de Hollywood. “Esos momentos realmente te hacen pensar acerca de tu vida”, dice Willis. Ha sido un viaje asombroso durante los últimos 20 años. “No puedo evitar despertar cada día con una sonrisa”, asegura. Ahora de 50 años, el actor insiste en que sus mejores días todavía están delante de él. “Yo siempre he pensado que mi mejor trabajo lo haría entre los 40 y los 60, si tenía la suerte de estar aquí todavía. Y creo que así lo ha sido. Supongo que simplemente he sido afortunado”, admite.