En un nuevo coletazo del duro revés electoral que sufrió hace casi un mes en los comicios legislativos de mitad de término, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se vio obligado a aceptar la renuncia de su embajador ante las Naciones Unidas, John Bolton, quien había solicitado que no se busque una extensión de su actual mandato, que concluye en enero.