Un libro de historia pra llamarse tal debe tener por parte del autor una preparación profunda, que le dará el conocimiento del tema que va a tratar, luego de la investigación documental de lo que sucedió en las circunstancias en que se desarrollan los acontecimientos presentados. Debe haber un válido toque de inspiración para efectuarlo, como en toda obra literaria, si no hay tal, el libro en cuestión resulta insípido y cansino.