Antonio buscó a su hermano en los hospitales, cárceles, morgue y llevó su fotografía a los periódicos para que la publicaran porque había desaparecido.
La búsqueda terminó. José Salgado Cedeño era economista, tenía 27 años y fue encontrado muerto en un basurero de Montecristi.
La víctima antes de ser abandonada en unos matorrales en del sitio Barranco Prieto habría sido acribillada.
El cuerpo de Salgado fue descubierto ayer en la mañana por algunos habitantes de Barranco Prieto porque percibían un olor nauseabundo muy fuerte.

El economista había desaparecido el domingo en la tarde, pero su cuerpo no había sido descubierto en el botadero porque el olor que emanaba se confundía con el de la basura, informó un habitante.
Ayer cuando a Antonio le dijeron que su hermano estaba muerto fue al basurero y al ver el cuerpo lloró y se desmayó. No resistió el impacto de ver el cadáver en estado de descomposición.
El fallecido vivía en la calle 121 y avenida 109 en el barrio La Victoria.

 EN LA ESCENA DEL CRIMEN. Hasta el lugar del hallazgo llegó el fiscal Hernán Villacreses, quien realizó el levantamiento del cadáver y dispuso su traslado a la morgue del cementerio Parques del Recuerdo para que le realicen la autopsia.
Las investigaciones de los agentes de la Unidad de Criminalística determinan que la víctima fue asesinada a balazos.
Se presume que fue secuestrado para torturarlo y asesinarlo. Luego los criminales lo dejaron abandonado en un basurero cerca de un camino que conduce al sitio Barranco Prieto.
El fallecido era soltero y recién se había graduado en la facultad de Economía de la Universidad Eloy Alfaro de Manabí.
Sus familiares indicaron que era una persona tranquila y estudiosa.
Con este crimen ya son 64 las personas que han sido asesinadas en Manta, Montecristi y Jaramijó.

 BASURERO. El economista es la segunda persona encontrada muerta y acribillada en un basurero.
El primer hombre hallado en un basurero de Jaramijó fue Jaime Rolando Santos Vélez de 31 años.
Él fue encontrado con una leyenda en su pecho: “Llegó el tsunami a los extorsionadores”.