En abril de este año, los moradores del sitio Mendoza, donde se inició la construcción de la nueva laguna, denunciaron ante las autoridades de salud y llevaron el caso hasta la Defensoría del Pueblo, para que se detengan los trabajos. Los comuneros alegan impacto ambiental en una zona altamente poblada y cercana a un colegio, también con elevada población estudiantil.
El lugar fue inspeccionado por el director de Salud, Ronald Briones, y por el defensor del Pueblo, Franklin Izurieta, e inclusive se provocó una reunión con las autoridades municipales y con la consultora que ha realizado los estudios de impacto ambiental. Los trabajos llevan aproximadamente tres meses parados, y se reanudarán cuando el Ministerio de Ambiente les otorgue la licencia, según precisó Luis Reyes, jefe de Relaciones Públicas en el Municipio de Junín.