El Ejército de Ecuador descubrió unas 3.600 balas de grueso calibre escondidas en tarros de manteca, que iban como una encomienda en un autobús de pasajeros por una zona cercana a la frontera con Colombia, informó hoy la televisión local.
Según los primeros informes, los proyectiles eran de origen peruano y estaban destinados, presuntamente, para abastecer a grupos ilegales armados en Colombia, indicó el canal Ecuavisa.
Julio César Barragán, comandante del batallón "Galo Molina", señaló que dicho cargamento fue hallado durante una labor de patrulla en una carretera que une a la ciudad ecuatoriana de Tulcán, capital de la provincia fronteriza de Carchi, con la localidad de Chical, próxima a la divisoria.
Barragán dijo que la munición corresponde a balas usadas en fusiles belgas "Fal", otras para armas rusas "AK-47", y "otras de 9 milímetros para pistolas".
El jefe militar explicó que un tipo de munición hallada está prohibida por convenciones internacionales y que, "prácticamente ya no se utiliza en los ejércitos".
En la operación no se produjeron detenciones, ya que el cargamento había sido depositado en el autobús como una encomienda, precisó Ecuavisa.