Pero hay hombres como Ulbio Vera que incursionan en este tipo de negocios sin ningún prejuicio.
Él desde hace tres años es vendedor de los productos Oriflame y asegura que de las ganancias obtenidas suple los "gastos diarios", aunque hay quienes logran capitalizarse y mejoran su calidad de vida, subrayó.
Otro vendedor de productos de belleza es Rolando Bravo, un joven que siempre se involucró con el comercio pro la independencia que le da.
A diferencia de Vera, Bravo tuvo que usar el nombre de su mamá para inscribirse en Yanbal, pero es él quien se dedica a vender y a cobrar. 
Sandra Vera, directora del grupo  590 de Yanbal, señaló que este tipo de negocio es para muchos un incentivo para tener cierta independencia, aunque destacó que están orientados  a darle oportunidad de trabajo a las mujeres, muchas de las cuales se dejan ayudar de sus esposos, familiares y amigos, como lo ha hecho Bravo al asociarse con su mamá para salir adelante.
Pero vender productos de belleza supone saber lo que se ofrece, por lo que quienes venden deben capacitarse para así lograr aumentar las ventas, dijo Ulbio Vera.
Además es preciso mostrar los productos con paciencia y hospitalidad, acotó.
Maryuri Santana, vendedora de Oriflame, resaltó que este negocio requiere de creatividad para atraer muchos clientes, sin que ellos consideren que es un desembolso. Además este empleo no exige un horario completo, pero sí demanda un servicio personalizado a través de la observación, la entrega y preparación continua, con cursos de capacitación para una venta exitosa.
Sin embargo existen personas que no se animan a empezar un negocio o fracasan en el intento por el qué dirán de sus amigos y familiares.