Varias son las lecturas sobre los resultados de la marcha de Portoviejo.
De hecho, se le debe a esta iniciativa la prisa del gobierno para llegar a la capital de los manabitas y tratar de evidenciar que intentó escuchar las demandas que se hacen desde el cabildo y otros sectores. Intento infructuoso por la intemperancia del presidente, no admitió que le corrijan su error, error de cifras aceptado, valiente y gallardamente, en Puntualmente (Manavisión), por la vicealcaldesa Julieta Arboleda, militante de AP. Tampoco hubo agilidad y acuciosidad del cabildo para sacar más provecho de la ocasión. Menos hubo dignidad, solidaridad y valentía para salirse del acto, de los que sabían que se sostenía una falacia con esa prepotencia y arrogancia de mandar a callar a quienes tímidamente intentan desasnar. Luego, no bastaron intentos burdos del oficialismo local, por instrucción del nacional, para desarmar la expresión cívica que ellos miden como una expresión política peligrosa en su intención de descabezar cualquier liderazgo que no les sea funcional y servil.
No pudieron con el amor, dignidad, civismo y valentía de este pueblo. El miércoles ganamos, vencimos el miedo a expresarnos en las calles, civilizada y alegremente. Hubo emoción, pasión, espontaneidad, sobretodo unidad. El miércoles, la universidad portovejense recobró el liderazgo, tutela y vinculación, que por su naturaleza debieron tener siempre. Liderazgo diferente, inédito, culto, maduro y científico.
Cuando se publique esta opinión se habrá discutido mucho sobre las cifras de personas movilizadas; siendo muchas como fueron, siempre se puede esperar más. Quienes fuimos, lo hicimos por convicción y sensibilidad ante nuestra realidad, eso ya es bastante decir. Lo importante era despertar, remecer conciencias y voluntades. Eso se consiguió y plasmó en la propuesta de la Universidad San Gregorio de Portoviejo, salió de su claustro para decir presente en lo objetivo, se comprometió a liderar la generación de un modelo de desarrollo factible y sustentable para el cantón; a generar información estadística de indicadores sociales, económicos y los que sean necesarios para la elaboración de proyectos y programas. Los colegios profesionales cooperarán en asocio con la academia en la elaboración de estudios precisos como la iluminación de la pista del aeropuerto y otros; los taxistas se comprometen en ir a la universidad y con programas precisos instruirse en idiomas, urbanidad, turismo y ojalÁ también en negocios. Elemental para el desarrollo.
Los radiodifusores impulsarán valores, nuestros símbolos cívicos y el valor de ser portovejense; SUMA, el Sistema de Universidades Manabitas, asume la Flor de Septiembre que, si bien es cierto ya no sólo es de Portoviejo, aquí fue su cuna y aquí , históricamente, tiene mayor acogida. Todos por Portoviejo.