Además, se ha trabajado con maquinaria de los municipos de Manta, Santa Ana, y el Consejo Provincial de Manabí.
Es un trabajo complicado. Las personas deben recoger manualmente la planta y con ayuda de botes empujan los lechuguines, para luego retirarlos con lanzas de caña. Las serpientes son un peligro para ellos, porque están enredadas en estas plantas, señaló un residente del lugar.
Pero no solamente corre peligro la gente que colabora con la limpieza, también los manabitas que consumen esta agua, ya que las plantas cubren la represa y el líquido vital no tiene oxigenación, lo que hace que los peces que habitan estas aguas mueran y contaminen el lugar, expresó Yuri Macías, jefe del grupo de trabajo de la Secretaría Nacional del Agua (Senagua).
Se espera que en ocho semanas se culmine el retiro de estas plantas. No obstante, Jesús Loor, director de la Senagua, aclaró que se les pagará 15 dólares el jornal a las personas que colaboran es esta ardua tarea.
Actualmente existe un convenio con la FAO para que le dé mantenimiento a la represa, además se están haciendo estudios para que un gorgojo orgánico sea la solución a este problema.
Los desechos ocasionados por el retiro de los lechuguines se los lleva hasta un terreno valdío, propiedad de la Senagua.
Este material se prevé utilizar como abono, ya que tiene mucha agua.