La liberación de los 52 opositores, los que quedaban en prisión del grupo de 75 arrestado en 2003, fue comunicada en un encuentro del presidente Raúl Castro, el cardenal Jaime Ortega y el canciller español Miguel Ángel Moratinos, según el texto del Arzobispado de La Habana.
“Ortega fue informado que en las próximas horas” cinco prisioneros “serán puestos en libertad y podrán salir en breve para España en compañía de sus familiares”, subrayó el comunicado, sin precisar las identidades de esos presos políticos.
Añadió “que los 47 prisioneros que restan de los que fueron detenidos en 2003, serán puestos en libertad y podrán salir del país. Esta gestión será concluida en un periodo de tres a cuatro meses a partir de este momento”.
La excarcelación es fruto del diálogo instalado por el propio Raúl Castro y el arzobispo Ortega el 19 de mayo, cuyo primer resultado fue la liberación de un preso político enfermo y el traslado de otros 12 a cárceles en sus provincias, para acercarlos a sus familiares.
Según el comunicado de la Iglesia, el cardenal Ortega fue informado que, además de las liberaciones “en las próximas horas”, otros seis prisioneros serán reubicados en prisiones en sus lugares de residencia.
“Este proceso ha tomado en consideración las propuestas expresadas previamente al cardenal Ortega por los familiares de los presos”, concluyó el comunicado de la Iglesia.
La liberación de los prisioneros haría deponer al disidente Guillermo Fariñas de la huelga de hambre que cumple desde hace 134 días en demanda de la excarcelación de 25 reos enfermos.
Fariñas sigue su huelga internado en el hospital de la central ciudad de Santa Clara, en riesgo de muerte por un coágulo en la yugular, por lo que actualmente no emite declaraciones a la prensa.
A raíz del caso de los 75, la Unión Europea (UE) impuso sanciones a Cuba, levantadas temporalmente en 2005 y definitivamente en 2008 a iniciativa de España, que en los últimos años ha tratado de acercar a La Habana y Bruselas.
Moratinos viajó a Cuba para acompañar el diálogo entre la Iglesia y el Gobierno y acelerar las excarcelaciones, esperanzado en gestos de las autoridades que le permitieran convencer a la UE de normalizar sus relaciones.