Confiándoles que en los últimos meses forzosamente dejé de visitar nuestra capital provincial, Portoviejo, esto lo he corregido y en días recientes he transitado por sus diversos sectores, lo que me permite escribir estas letras, que fundamentalmente contienen buenos augurios sobre el presente y futuro de la “ciudad de los Reales Tamarindos”.

También, profusamente he leído y visto noticias sobre nuestra capital en diversos medios y bastante he conversado, dentro y fuera de dicha ciudad con diversas personas, captando en casi  todas el optimismo ya manifestado en el párrafo precedente; puntualizando que anteriormente, de la manera más constructiva, aporté  publicando en este espacio algunas ideas que por otros caminos pudieron haber coincidido con la realidad que ya empezamos a observar y que hay que seguir estimulando.
Señalo que todos los logros materiales que podríamos comentar se basan antes que nada en la concienciación que paulatinamente se va logrando en la conducta interna del habitante de la capital, la misma que se había deteriorado por diversas causas que no es pertinente puntualizar; en este logro mucho tienen que hacer los medios de prensa, como también los entes sociales, culturales, educativos y de afines propósitos. Se  admite también que aún es bastante lo que falta por realizarse, sin que esto sea causa para que se ignoren los progresos, por ínfimos que estos sean; la cuestión es entonces, que ahora ni en lo subsiguiente se aminore el tesón demostrado, como también se recomienda que sigan cohesionándose y comunicándose las máximas autoridades de la ciudad con los ciudadanos comunes, especialmente habitantes de barrios y representantes de instituciones, para que todos se abanderen con el espíritu cívico y positivo que empieza a renacer en la comunidad portovejense.
A los fuereños de Portoviejo nos corresponde aplaudir y apoyar estos logros, porque el progreso de nuestra capital provincial es lo que siempre todos hemos deseado, además de que este hecho nos motiva a desarrollarnos en el resto de nuestra extensa provincia, que es parte integral de nuestro amado Ecuador.
Para quienes no concuerden con lo globalmente aquí expresado -que no son sino reconocimiento y buenos augurios sobre el presente y futuro de nuestra capital- cabría comedidamente solicitarles una temporal moratoria en sus ideas y su entusiasta presencia en las filas de los pocos o muchos, pobladores en general, estudiantes secundarios y universitarios, obreros, comerciantes, empresarios, empleados y funcionarios públicos, etc., que con gran esfuerzo poco a poco van logrando el orden y el progreso que quienes visitamos la capital de Manabí queremos seguir observando, para beneficio de los habitantes de Portoviejo, la poética ciudad de los “arrabales lindos” y orgullo provincial.