"En su momento, desde el ALBA, junto a nuestros hermanos del continente, se impulsó la denuncia y la condena mundial contra este golpe de Estado, y transcurrido un año, a nadie le quedan dudas acerca de la participación de grupos de poder de los Estados Unidos en esta repudiable operación", señalaron los países del ALBA en un comunicado, divulgado por el Gobierno de Nicaragua.

La declaración agrega que ese hecho fue una "inadmisible represalia por intentar abrir un camino democrático a través de un proceso constituyente".

Recordaron que la llegada de Honduras al ALBA, cuando gobernó Zelaya, significó "la incorporación a la gran corriente independentista y revolucionaria que hoy ha unido a nuestros pueblos de Suramérica, Centroamérica y el Caribe".

"Por ello se fraguó entonces una burda operación militar de secuestro y destierro del presidente Zelaya, respaldada por una maniobra política institucional para cometer el grave delito de derrocar un Gobierno constitucional", reafirmaron.

Asimismo, los miembros del ALBA ratificaron su solidaridad con el pueblo hondureño en sus denuncias sobre "masivas violaciones" de los derechos humanos y a su lucha por la restauración de la democracia en ese país centroamericano.

"Por ello, los países miembros del ALBA exigen respeto y garantías para las luchas democráticas del pueblo hondureño, que cese la represión y los asesinatos políticos, y asimismo que se le garantice a José Manuel Zelaya Rosales plenos derechos políticos para regresar a su patria", reiteraron.

El bloque del ALBA está formado por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Venezuela.