Inicialmente, en la dirección municipal de Obras Públicas habían delineado un listado de proyectos que se ajustaban a 7,4 millones de dólares que se vislumbraban como crédito (donde hay subsidios por obras hidrosanitarias), sin contar que el incremento del cupo subiría a 7,8 millones; por lo tanto, se dio un remanente de USD 400 mil que había que aprovechar.
Con ese panorama el alcalde Humberto Guillem llamó ayer a su despacho a Víctor Zamora, director de Obras Públicas, y a otros técnicos.
Luego de varias apreciaciones, el alcalde decidió retirar de la lista inicial a tres protecciones de piedra escollera: dos en el malecón de Crucita y la otra en uno de los accesos a Picoazá (por el complejo deportivo), que sumaban 423.144 dólares.
Éstas pasaron a conformar un listado de ocho obras aprobadas por la Secretaría de Gestión de Riesgo, para la modalidad 20-80, donde el municipio de su propio dinero tiene que financiar el 20 por ciento de cada una. En conjunto tiene que invertir casi 340 mil dólares.
Entonces, en el crédito del Banco del Estado el camino quedó limpio para usar esos 423 mil dólares, que con los 400 mil del remanente completan más de 800 mil para la reconstrucción de calles, que se especificará en estos días, aunque se adelantó que constará la calle Coronel Sabando.
Precisamente ayer los vecinos de esta calle se cansaron de su abandono y la cerraron con tres barricadas, desde la Pedro Gual hasta la Francisco de P. Moreira.
Alfredo Pilozo, morador del sector, indicó que no la abrirán hasta que el alcalde arregle esta calle, una de las más importantes por el masivo paso de transporte pesado.