Una imagen que nace con afán de recoger las innumerables manifestaciones culturales como idiomas, vestimentas y músicas, pero también de ofrecer espacios de diálogo y participación a esos pueblos, tradicionalmente excluidos de la palestra política.
La ALBA, organismo integrado por Cuba, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda y San Vicente y Las Granadinas, celebró entre el viernes y sábado en Otavalo su primera cumbre con autoridades indígenas y afrodescendientes, una cita que se comprometió a repetir anualmente.
El encuentro dejó un sabor agridulce a algunos asistentes pues se realizó con la oposición de la mayor organización indígena de Ecuador, la Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas), que mantiene un tira y afloja con el Gobierno a causa de varias leyes de recursos naturales con las que están en desacuerdo.

Críticas a la Cumbre
No se puede construir un Estado plurinacional dejando de lado a las organizaciones de base y sin haber tomado en cuenta a las autoridades indígenas ancestrales, comentó el asambleísta de Pachacutik, Gerónimo Yantalema.
El legislador dijo estas declaraciones en referencia a la Cumbre.
Según asambleísta, la Cumbre concluyó con una declaración lírica, enunciativa, sin resultados pragmáticos.