Para recordar ese aniversario, la Conaie prepara una concentración en el centro de Quito, a la que han invitado a otras organizaciones sociales para continuar "la lucha de pie, con voz propia y resistencia", señala un comunicado de la organización difundido hoy.

La concentración contará con la participación de cientos de indígenas de todo el país, que se encuentran ya en las afueras de Quito para hacer mañana una "toma simbólica" de la capital.

"¡Y seguimos en la lucha!, tras las huellas del 90!", se denomina la concentración, que también pretende convertirse en una manifestación contra ciertas políticas aplicadas por el Gobierno del presidente, Rafael Correa, del cual eran antiguos aliados.

"Llegamos con nuestro saludo de rebeldía y queremos hoy, más que nunca, hacernos presentes en aras de reconstituir la unidad de nuestros pueblos y construir un Estado Plurinacional, que promueva una sociedad más justa y equitativa para todos los ecuatorianos", precisa el texto de la Conaie.

Además, recuerda que del 28 de mayo al 11 de junio de 1990 se realizó el primer levantamiento de las comunidades indígenas del país "por la defensa y reivindicación de nuestros derechos, territorio, la justicia y la libertad".

Esa protesta fue multitudinaria y marcó un hito en la historia ecuatoriana, ya que obtuvo una masiva participación, apoyada por otros sectores sociales que, entonces, protestaban contra el Gobierno del socialdemócrata Rodrigo Borja.

Los levantamientos indígenas convocados por la Conaie en diferentes momentos de la historia reciente de Ecuador han sido contundentes, sobre todo en los procesos sociales que llevaron a la caída del poder de varios presidentes como el populista Abdalá Bucaram (1996-1997) y el democristiano Jamil Mahuad (1998-2000).

También los indígenas participaron en las protestas ciudadanas que, en abril de 2005, forzaron la salida del poder del entonces gobernante populista Lucio Gutiérrez.

Pese a que en un principio la Conaie decidió brindar un "apoyo condicionado" al actual Gobierno, al poco tiempo marcó distancia de Correa, quien ha repetido su decisión de gobernar, con prioridad, en favor de los pobres y especialmente de los indígenas.

La polémica por las leyes de Minas (ya aprobada en el Legislativo) y de Recursos Hídricos, que los indígenas temían que podía fomentar la privatización del agua, generó duros enfrentamientos entre la Conaie y el Gobierno, que ha negado tal posibilidad.

También la aplicación de la justicia indígena contra acusados de delitos, que han sido condenados a sufrir vejaciones y escarnios públicos, ha enfrentado a los indígenas con la justicia ordinaria.

No obstante, Correa, que mantiene duras críticas contra los actuales dirigentes de la Conaie, ha insistido en que su Gobierno es de los indígenas, que le reclaman una mayor radicalidad en la "revolución ciudadana" que lleva adelante.

Los indígenas ecuatorianos, tradicionalmente identificados con la ideología de izquierdas, representan el 35 por ciento de la población del país, según estudios de la Conaie, y es uno de los grupos marginados del país, donde la pobreza afectó en 2009 al 54,99 de ese colectivo.