Tras una sucesión de signos negativos sobre la marcha de la guerra en Afganistán, un informe de Naciones Unidas ha venido a confirmar que las cosas no van bien en aquel país: la violencia se duplica, la criminalidad se extiende, el Gobierno es incapaz de imponer su autoridad y el extremismo islámico demuestra cada día una renovada vitalidad.
"Los datos prueban una creciente capacidad de parte de las redes terroristas locales ligadas a Al Qaeda", concluye el informe de la ONU sobre la evolución de los acontecimientos en los cuatro primeros meses de este año.
El número de artefactos explosivos utilizados por los talibanes y sus aliados ha crecido más de un 95 por ciento.