Durante los dos días que se efectuó la primera cumbre de los pueblos ribereños de Manabí, la conclusión se sintetiza en que para proteger, preservar y en cierto caso salvar los ríos, es necesaria una acción integral entre entidades y las comunidades.
Esta cumbre se efectuó en la Casa de la Cultura, entre el jueves y ayer, cuyo lema fue “Por el agua, por la tierra, por la vida”.
La organización fue del Comité Interinstitucional Poblacional Ambiental de Santa Ana, que junto con otras agrupaciones sociales y comunitarias, con el apoyo de la Secretaría de los Pueblos y la municipalidad de Santa Ana, convocaron a los actores involucrados: juntas de regantes, juntas parroquiales, municipios, organizaciones comunitarias.
El propósito fue definir una “agenda colectiva campesina popular”.
Germán Proaño, del municipio de Santa Ana y que conformó el equipo organizador, manifestó que en la primera jornada se laboró en tres mesas de trabajo, una sobre el agua; otra de la tierra, en especial lo referente a su tenencia, y la última respecto a la soberanía alimentaria. Ayer fue la plenaria.
Así, identificaron, analizaron y priorizaron los principales problemas que tienen los pueblos ribereños; por ejemplo, la contaminación acuciante del río Portoviejo, donde hay 169 descargas de aguas servidas; entonces, se conminó a los municipios involucrados a solucionarlo.
En torno a la Ley de Agua, enviarán una propuesta a la Asamblea Nacional, de que los consejos jurisdiccionales tengan una amplia participación de representantes de la comunidad.