Era la medianoche del jueves, la última del 2009. Los siete bomberos que estaban de guardia en el cuartel central le prendieron fuego a un monigote que habían comprado.
Mientras se abrazaban y se deseaban feliz Año Nuevo, apareció un hombre con cara de aterrado, pálido y casi no podía hablar.
Cuando pudo dijo: “Compa, se incendia almacén Zurita, pilas vayan para allá, esa movida es grande”.
En ese momento los bomberos Byron Rodríguez, Boris Barcia y Eduardo Cedeño se movilizaron al lugar de la emergencia que estaba a cuatro cuadras.
Llegaron y se percataron que no se trataba de un simple incendio, sino de una posible tragedia.
Llamaron refuerzos y motobombas porque iban a necesitar más agua de la que pensaban, ya que el almacén Zurita, donde había una bodega con químicos, se estaba incendiando y las llamas alcanzaban hasta los seis metros de altura. Lo primero que hizo Barcia fue apagar
las llamas de dos monigotes que se estaban quemando en la calle.
“Luego evacuamos a todas las personas del lugar, había familias enteras que estaban cenando y tuvieron que dejar la comida en la mesa, otras que estaban celebrando, pero nuestro deber era retirarlas a todas”, recuerda Barcia.
Apoyo. Byron Rodríguez agrega que en menos de cinco minutos habían llegado cerca de 30 bomberos y empezaron a trabajar en el incendio que fue controlado completamente a las 15h00 del 1 de enero.
Luis Intriago dijo que debido a las altas temperaturas se les hacía imposible entrar al lugar, además existía el temor de una explosión.
“Temíamos que el fuego llegara a otras casas y se queme toda la cuadra”, dijo.
Ellos indicaron que el apoyo de la Defensa Civil, Policía, Cruz Roja, Dirección de Aviación Civil (DAC) y bomberos de cuatro cantones fue importante para trabajar aquella madrugada. Intriago dice que el trabajo fue muy profesional y se evitó que hayan pérdidas humanas.
La mayoría. Sofonías Rezabala, jefe de la institución, señaló que fueron 80 los bomberos de Manta que trabajaron esa noche entre voluntarios y rentados. El oficial dijo que todos ayudaron a excepción de tres voluntarios y un rentado que habían salido con permiso.
Se utilizaron 240 descargas de aire comprimido (tanques de oxígeno), cerca de 250 mil galones de agua y 450 galones de espuma.
La mayoría de los bomberos trabajaron toda la noche y a las 9h00 recién se comieron un sánduche con un vaso de leche.
Compañías de Montecristi, Jaramijó, Portoviejo y Jipijapa colaboraron esa noche. Los bomberos no tuvieron festejo de inicio de año.