Judith Márquez está en el primer grupo. Ella no ha realizado préstamos para comprar mercadería. Dice que trabaja con su propio dinero y sólo ha invertido 200 dólares. “Es mejor así, porque no me endeudo tanto”, expresó.
De estos son pocos los casos ya que en este mes la mayoría de los vendedores realizan préstamos a los bancos, chulqueros y obtienen su mercadería a plazo.
Ese es el caso de William Olmos, quien ha invertido más de cinco mil dólares en comprar pantalones.
Olmos manifestó que la industria nacional en esta temporada no abastece el mercado. “Existe una alta demanda de ropa y debemos esperar mucho tiempo para que nos lleguen los pedidos”, indicó.
El local de Olmos está ubicado en el mercado de Tarqui, donde hay cerca de 500 personas que se dedican a la venta de ropa y otras mil a otro tipo de comercios.

Proveedores. Roberto Pinto es uno de los proveedores de los comerciantes de este lugar. Él vende ropa peruana, pero tiene su almacén en Guayaquil. Su forma de trabajar es dejarle fiada a los comerciantes la mercadería para que se la paguen a fin de año.
Betsy Pilligua manifestó que las ventas han mejorado, “pero también hay que tener cuidado con la delincuencia, ahora es cuando más hay robos”, expresó.
En el mercado la seguridad ha aumentado, pero existen quejas de los comerciantes de que sólo están hasta las 18h00. El Municipio ha colaborado con diez guardias.
La Unión de Comerciantes ha contratado diez personas, a más de los ocho que ya trabajan. Según Víctor Véliz, presidente de la Comisión de Vigilancia de este centro de abastos, los guardias trabajan hasta las 19h00. Los comerciantes solicitan que extiendan el horario de la seguridad, ya que en la noche son víctimas de robos.