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Paján
Nadie controla la salubridad en el sacrificio de reses

Más de cincuenta rastros (mataderos) en los que se desposta ganado sin autorización, sólo en el cantón Paján, son una muestra de la falta de control que existe en la provincia.

Viernes 11 Diciembre 2009 | 19:31

El faenamiento de reses en los rastros rurales, cuya carne se expende luego en las ferias libres, recibe el rechazo de los expendedores formales de carne.
Washington Vera, presidente del gremio que acoge a los vendedores, manifestó que esta actividad es un atentado a la salud pública y una manera de encubrir el robo de ganado.
En la mayoría de los rastros el faenado de reses se hace en condiciones de insalubridad y sin ningún control.
El mismo camal municipal, donde las reses entran para ser sacrificadas de una menra rudimentaria, no cuenta con los más elementales equipos a pesar de que en algún momento se trató de realizar varias adecuaciones  pero han quedado abandonadas, afirmó   Ángel Yugcha, quien dijo que es posible que no sólo faenen reses sino otros animales que luego llevan a comercializar en el mercado.
El presidente de la asociación de ganaderos de la parroquia Campozano, Johnny Vera,  dijo que con el pretexto de las ferias libres no existe un control de orden legal y sanitario de la procedencia de la carne que se expende ya que todas provienen de los rastros rurales donde no existe un control, tan sólo un inspector municipal que se preocupa del cobro por cada res faenada. Este funcionario no puede revisar las condiciones sanitarias porque no está capacitado para este fin.

Abigeato

Guillermo Chávez dijo que el cuatrerismo (robo de ganado) es "el pan de cada día".  Él es uno de los perjudicados y comentó que pese a que presentó la denuncia en la fiscalía, los abigeos andan libremente "amparados en que trabajan para los grandes ganaderos de la zona", afirmo.

Sin beneficio
Este medio realizó durante la noche del sábado y madrugada del domingo un recorrido por más de una docena de rastros, sólo en la parroquia Campozano donde se estima que existen veinte lugares). Se observó que el sacrificio del animal, aparte de realizarse de manera rudimentaria, se lo efectúa a la intemperie. La carne se expone al polvo en el verano y al lodo en el invierno, según dijo  una de las personas encargadas de esa labores.
Los dueños de estos sitios pagan al municipio un valor anual por la patente y un impuesto por cada res que faenan. A cambio no reciben ningún beneficio, ni siquiera la adecuación del área.
En el camal el sacrificio de las reses tampoco garantiza mayor cosa y el transporte de la carne se efectúa con acémilas.
Lo que ocurre en Paján es también el mal de los demás cantones manabitas.  No hay ni siquiera una revisión para comprobar que el ganado para el sacrificio esté sano.
El presidente de la Federación de Ganaderos del Ecuador, José Zambrano, dijo que es necesario que Agrocalidad haga los controles necesarios, al igual que la fuerza pública se desplace a los rastros conocidos por todas las comunidades y desconocidos por las autoridades.
 

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