El 40 por ciento de los inmigrantes recluidos en Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs) procede de América Latina y llevaba viviendo ya un tiempo en España antes de ingresar a uno de ellos. El otro 20 por ciento son africanos llegados por mar- tras una media de tres o cuatro años viaje desde sus respectivos países- y otro 20 por ciento son africanos que llevaban años viviendo en territorio español.
La CEAR visitó tres de los ocho CIEs que existen en España y realizó en ellos, con autorización del Ministerio del Interior, más de cien entrevistas entre los inmigrantes. Cuatro de cada 10 personas recluidas en Málaga, Madrid y Valencia denuciaron un trato "negativo o muy negativo", si bien, según CEAR, no se trata de una "práctica generalizada". Otro cuatro por ciento relató maltratos graves e incluso torturas.
Además, la mayoría de estos inmigrantes carece de elementos básicos como ropa o inodoros en sus celdas, y ni siquiera sabe quién es su abogado. Según CEAR, las personas detenidas en los CIEs se quejan de una comida de mala calidad e insuficiente, falta de apetito, síntomas de adelgazamiento, debilidad, hambre, deficiencias en la atención médica y errores de diagnóstico en enfermedades físicas y psíquicas, entre otras cosas.
"Los CIEs repugnan al Estado de Derecho y hay que tomar medidas", manifestó el secretario general de CEAR, Alfredo Abad.
A finales de noviembre, el Parlamento español aprobó la nueva Ley de Extranjería que amplía de 40 a 60 días el plazo en el que los inmigrantes en situación irregular detenidos por las fuerzas de seguridad pueden estar en los CIEs antes de ser expulsados de España. Según la Comisión, algo más del 60 por ciento de los inmigrantes recluidos no son delincuentes, sino personas que por carecer de papeles para vivir en España incurrieron en una falta administrativa.

Fuente :Confirmado.net