Sobre un saco tenía choclos, pimientos, pepinos, fruta china, limón, achochas y otros frutos de la campiña manabita.
El agricultor con pesar reconoció que "estaba varado", e indicó que las ventas han bajado desde hace un mes.
"No hay circulante y por eso pocas personas vienen a comprar al mercado", dijo mientras trataba de protegerse del inclemente sol con una gorra.
Señaló que en caso de no lograr vender lo que tenía, tendría que botarlo a la basura, lo que le provocaría más pérdidas, porque no podrá llevar dinero a su vivienda.

Todo caro
Ayer, el panorama en el mercado 1 era desolador, la mayoría de los comerciantes tenían casi intacta la mercadería; una que otra persona  llegaba a los puestos y preguntaba por precios, si la respuesta estaba fuera del alcance del bolsillo, el posible comprador salía y seguía buscando. En caso de no hayar lo que requería, se iba con las manos vacías y el rostro preocupado, porque a lo mejor no podía dar de comer a sus hijos algo que estos habían pedido.
En medio de todo, un grupo de músicos entonaba melodías de la Sierra ecuatoriana, uno que otro curioso se animaba a bailar. Los músicos promocionaban la venta de su disco a 1 dólar y recibían monedas por los temas que interpretaban.

Pavos y pollos sin salida
En el área de aves, había mucho movimiento, amas de casa y compradores se mezclaban y regateaban precios, pero a la hora de comprar no alcanzaban acuerdos.
Carlos Sánchez, presidente de la asociación de vendedores de aves, dijo que las ventas están malas.
Él también afirmó que es por la falta de circulante y porque ahora las amas de casa prefieren los animales de granja y no los criollos, que según Sánchez tienen un mejor proceso de alimentación al estar libres.
"Tanto el pollo como el pavo criados en el campo cuestan más que el de granja, y eso también incide en las bajas ventas", señaló.
La libra de pollo es comercializada a 1, 20 dólares, mientras que un pavo de 20 libras cuesta 60 dólares.
En las jaulas se podía observar patos, gallinas, pollos, pavos, mientras que en algunas bandejas ya estaban los animales troceados para vender por libra, y entre los gritos de "venga y lleve", los comerciantes esperaban el arribo de posibles compradores para poder vender.