Quienes fueron protagonistas de las obras portuarias hace más de medio siglo, hoy demandan luchar por el Puerto.
Pedro Jouniaux, uno de los autores de la construcción del puerto, lucha emprendida en 1958, indicó que la concesión a Hutchinson no fue mala sino la administración con que se manejo este proceso.
Para Jouniaux la concesión será positiva siempre y cuando la manejen inversionistas internacionales, de no ser así, "es preferible que los manabitas lo administren, antes que guayaquileños u otros llamados ejecutivos ajenos a nuestra realidad terminen de matar nuestro puerto".
Él recuerda con tristeza los buenos tiempos de unidad y lucha por los intereses de Manta. "Hoy no hay líderes, sólo hay protogonismo y figura de poder", añadió.
La lucha por las obras portuarias emprendidas el 14 de septiembre de 1958 es algo que nunca se ha repetido, comentó Jouniaux.
La batalla por las obras portuarias nació cuando en Manta se conoció que los 20 millones de sucres asignados por el gobierno de Camilo Ponce Henríquez, para la construcción del puerto, habían sido desviados.
"Ricardo Paredes, Luis Valdiviezo, mi persona y otros ciudadanos, nos organizamos y exigimos un 14 de septiembre a la Cámara de Comercio y al Concejo Municipal emprender los reclamos al gobierno", dijo.
Él recuerda que no tuvieron mucho eco.
Ante eso protestaron en las calles junto a otros personajes, protesta que terminó sacando a la gente de los cines, para finalmente dirigirse a la salida de Manta, sector de Cosace.
Allí estuvieron 3 días, al final vino Sixto Durán-Ballén, en esa época ministro de Obras Públicas, a quien retuvieron. Esta acción obligó a Ponce Henríquez a firmar el contrato de las obras.
Jacinto Espinoza, ex estibador naval, atribuye la crisis del puerto, a los procesos de modernización y privatización. Él dice que hace 36 años el puerto era generador de carga y trabajo. Ahora no pasa nada.